¿De qué se trata todo esto?

La idea de tener este blog surgió de una necesidad y un llamado a meditar en la idea de Dios como padre, y todo lo que ello implica, y a la vez compartir mis reflexiones tanto con los creyentes como con aquellos que no creen pero que les interesan los temas espirituales.

Quedan todos invitados a escribir todo lo que quieran relacionado con el tema o cualquier otra cosa que se les ocurra. Me encantaría saber cuáles son sus experiencias y opiniones.

.........................................................................................

jueves, 14 de febrero de 2008

IV. ¿Qué significa que seamos hijos de Dios?

Cuando Jesús se daba a conocer como el Hijo de Dios, y nos enseñaba que Dios también era nuestro padre, lo hacía con una idea en mente de lo que significa ser un hijo y lo que significa ser un padre, que puede variar de lo que podríamos pensar cada uno de nosotros al respecto según nuestro conocimiento de mundo y nuestra propia experiencia, sobre todo si consideramos el hecho de que vivimos en una época y un contexto sociocultural muy distinto.

Primero que nada me parece necesario hacer hincapié en que Dios es un padre perfecto, ya que Él es perfecto. También, que Cristo es el hijo perfecto, y que Dios espera de nosotros que también lo seamos (“Vosotros, pues, sed perfectos, como vuestro Padre que está en el cielo es perfecto”. (Mt. 5:48)), lo que ya nos habla de que tenemos una inmensa responsabilidad.

Por lo tanto, les aconsejo que traten de dejar a un lado la idea que tienen de lo que significa ser padre, así como también el recuerdo de lo que fue (o es) su padre “terrenal” y lo que son ustedes como padres y/o hijos “terrenales”.

Si volvemos a la época en la que Jesús estuvo en la Tierra, y nos insertamos en la cultura en la que él creció y a la que se dirigió, podemos tener una idea más clara de lo que él se refería cuando enseñaba sobre la relación padre-hijo entre Dios y los hombres.

Aunque las relaciones padre-hijo se entendían y vivían entonces de forma muy parecida a como se entienden y se viven hoy, nos ayudará saber cómo eran exactamente en la Palestina del siglo primero.
Según los estudios (les recomiendo leer el artículo en el que me baso para escribir esta entrada en www.mercaba.org/FICHAS/upsa/tema_08_2.htm ), “la familia era la institución básica de la sociedad helenístico-romana, y el núcleo a partir del cual se articulaba el tejido social”.
Su objetivo último era salvaguardar la integridad y la continuidad del grupo familiar.

Es interesante recalcar que de todas las relaciones dentro de la familia la más importante era la
padre-hijo ya que en ella descansaba el cumplimiento del objetivo principal de la familia mencionado anteriormente; “la familia disponía de dos instrumentos básicos: la autoridad patriarcal, y un complejo sistema de transmisión de sus bienes, fueran estos materiales (propiedades) o inmateriales (religión y honor).” La relación padre-hijo era la cadena de transmisión que garantizaba la integridad y la continuidad de la familia.

Según Santiago Guijarro Oporto, autor del artículo citado más arriba, “El ideal era que un hijo llegara a ser una réplica exacta de su padre, porque un día ocuparía su lugar y perpetuaría su presencia en la familia, según el dicho de Ben Sira: "muere un padre y es como si no muriera, pues deja tras de sí un hijo como él" (Eclo 30,4). Esta convicción hizo que la imitatio patris y la emulación de los antepasados fueran elementos muy importantes en la educación de los hijos”.

Así, podemos inferir que Dios quiere de nosotros que básicamente reproduzcamos su imagen porque nuestra principal misión será encargarnos de su herencia (aunque Él nunca morirá y nos dejará solos).

“Cuando Dios creó al hombre, lo creó semejante a Dios mismo… y les dio su bendición: “Tened muchos, muchos hijos; llenad el mundo y gobernadlo…”(Gen. 1:27-28).

Queda más que claro que ser un hijo de Dios no es cualquier cosa, y que no es nada simple.

Al ser tan importante la relación padre-hijo en la sociedad helenístico-romana, estaba muy claro cuales eran las responsabilidades y los derechos específicos de ambos, tema que trataremos en la próxima entrada.

5 comentarios:

MARIPOSULA dijo...

Si, cero que es muy importante tener en mente lo que Jesus relamente queria decir caudno decia que Dios era su Padre y que El era el Hijo, por cierto, el Hijo amado en quien Dios tenia su complacencia.

Pienso que como tu bien dices, Dios no morira, pero en este mundo tenemos que "hecerle buena publicidad", como hijos suyos que somos, ya que aunque El esta siempre presente, muchas personas no le conocen, ya que lo han elegido libremente asi. De la misma menera en que Jesus, como buen Hijo,nos dio a conocer el Padre, nosotros demos darlo a concer tambien entre la gente que tiene una idea tan distorsionada de lo que Dios es , que muchas veces eligen deliberadamente no creer en El. Ese es nuestro reto, nuestro desafio. Por eso creo que Jesus siempre hablaba de ser luz en las tinieblas y sal de la tierra, porque se nos tiene que notar de alguna forma quien es nuestro Padre. Es lo que Dios espera de nosotros como hijos y es algo que solo se condigue por medio del amor que lleva a la obediencia y el preofundo respeto que sutge de la admiracion.

Muy interesantes todos estos temas. Esperare la proxima entrada.

Alejandra dijo...

Querido Benjamín:
Me da gusto que continues escribiendo y de forma "tan profesional", muy completos tus artículos.
Con respecto al tema el versículo que mencionas Mt 5:48 "Ser perfectos" me hizo pensar en algo:
Cuando somos niños miramos a nuestros padres con gran admiración, tal vez de grandes lo olvidamos pero para un niño su padre es un super heroe, el más fuerte, lo mismo para una niña su mamá. Mis hijas me aman de una manera que yo creo que no merezco, la maria Ignacia me mira con tanta admiración y siempre me alaga y dice que quiere ser como yo cuando grande.
Relacionando este pasaje con el versículo dnde Dios nos invita a ser como niños, puedo deducir que en esta relación de padre e hijo que tenemos con Dios debemos ser como niños, admirar tanto a nuestro padre que el desear ser como el no sea un esfuerzo sino un gran placer, algo que deseamos con todo nuestro corazón.
Te amo mucho, tu hermana.

Alejandra dijo...

OYE LEE MI BLOG Y COMENTA "A TÍ NO MÁS TE GUSTA" JAJAJAJA

• Jessie • dijo...

Cuanta gente ve a Dios como un señor viejito en el cielo sentado en su trono con cara de enojado y esperando a que pequemos para castigarnos... Cuando Dios no es nada de eso, es un Papá tierno, misericordioso que aunke nos disciplina, lo hace con perfecto amor.
Que importante es saber comportarnos como nuestro Papá, reflejarlo a El ante los demás y entonces todos quieran tener un Papá como el nuestro!

Anónimo dijo...

Gracias por sus comentarios, todos. Hace tiempo que no escribo y sus comentarios me animan a volver a hacerlo...cosa que me haría muy bien...