¿De qué se trata todo esto?

La idea de tener este blog surgió de una necesidad y un llamado a meditar en la idea de Dios como padre, y todo lo que ello implica, y a la vez compartir mis reflexiones tanto con los creyentes como con aquellos que no creen pero que les interesan los temas espirituales.

Quedan todos invitados a escribir todo lo que quieran relacionado con el tema o cualquier otra cosa que se les ocurra. Me encantaría saber cuáles son sus experiencias y opiniones.

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miércoles, 13 de febrero de 2008

II. "Abbá, padre"

Cuando Jesús hablaba o hacía milagros los judíos, sobre todo los líderes, se preguntaban con qué autoridad decía y hacía tales cosas (Mat. 21:23). Navegando por Internet encontré un artículo muy interesante que hablaba de aquella autoridad, el cual concluye, y con eso estoy muy de acuerdo, que tal autoridad provenía de la estrecha relación que mantenía con Dios, al que llamaba de una manera que jamás nadie se había atrevido a hacerlo antes; abbá, Padre (www.mercaba.org/FICHAS/upsa/tema_08.htm).

Sobre la utilización de esta palabra aramea, su significado e implicancias, se ha escrito y discutido mucho. Entre los investigadores se destaca el teólogo protestante alemán Joachim Jeremias, quien trabajó arduamente en el estudio del Nuevo Testamento con el fin de reconstruir el contexto histórico de Jesús y así proveer una comprensión más profunda de su vida y enseñanzas.

En su libro “The Central Message of the New Testament” ,1965, profundiza en la relación padre-hijo entre Jesús y Dios (en español: Abba. El mensaje central del Nuevo Testamento”,Sígueme, Salamanca, 1989).

Como la intención de este blog nunca ha sido el estudio científico profundo de ningún tema, sino que más bien invitarlos a reflexionar con el fin de ayudarnos mutuamente a tomar conciencia de lo que yo considero el mensaje más importante del cristianismo, expondré sólo algunas ideas extraídas de un interesante resumen de lo que concluyó Jeremias y lo que ha quedado de sus afirmaciones después de treinta años de investigación y críticas, invitándolos de todas maneras a leerlo íntegramente en www.mercaba.org/FICHAS/upsa/tema_08_1.htm.

1. Jesús se dirigía a Dios en sus oraciones con el término arameo abbâ.

Nadie pone seriamente en tela de juicio el hecho de que en las oraciones de Jesús el original del término patêr era la invocación aramea abbâ.

Jesús solía dirigirse a Dios con esta invocación, hábito que se conservó en comunidades de lengua griega como una herencia recibida de Jesús.

2. Esta invocación procede del lenguaje infantil, aunque también la usaban los hijos mayores en el ámbito familiar.

Abbâ se ha traducido con frecuencia como «papá» o «papito».

Según Jeremias, esta invocación revela una familiaridad con Dios semejante a la que tienen los hijos pequeños con sus padres, aunque también reconoció que en tiempos de Jesús esta palabra también la usaban los hijos mayores para dirigirse a sus padres.

Aunque todos están de acuerdo en que esta palabra tuvo su origen en el lenguaje infantil no todos están de acuerdo en el sentido que tenía esta palabra en boca de un hombre adulto, como en la de Jesús.

Algunos han señalado que, al utilizarse también como título para dirigirse a los maestros o a personas ancianas, el vocativo ya no expresaría una relación de cercanía sino que más bien de respeto. Sin embargo el matiz propio de esta invocación es el de la cercanía y la inmediatez, que no excluye en absoluto el respeto y la obediencia, un aspecto que el mismo Jeremias observó.

3. Jesús fue el primero en dirigirse a Dios con este término tan familiar y lo hizo intencionadamente.

Los estudios señalan que, al menos en la Biblia, Jesús es el primero en dirigirse a Dios con este término, hábito considerado por los judíos como una falta de respeto.

La conclusión que Jeremias (y yo también) consideró más importante fue que la utilización por parte de Jesús de esta palabra para dirigirse a Dios, jamás vista antes en el ámbito religioso, revela una relación nueva y única con Él.

Sin embargo, Jesús no se reservó para sí esta nueva forma de relacionarse con Dios, y esa es la buena noticia para nosotros, sino que la compartió con sus discípulos, incitándolos a llamarlo, sin miedo y con confianza, “papá”.

“Jesús les dijo:
–Cuando oren, digan:
'Padre (abbá), santificado sea tu nombre.
Venga tu reino.” (Lucas 11:2)

“Pero a quienes le recibieron y creyeron en él les concedió el privilegio de llegar a ser hijos de Dios” (Juan 1:12).

“Pues no habéis recibido un espíritu de esclavitud que os lleve otra vez a tener miedo, sino el Espíritu que os hace hijos de Dios. Por este Espíritu nos dirigimos a Dios, diciendo: “¡Abbá!, ¡Padre!” (Romanos 8: 15).

Nota: recuerden que están gratamente invitados a comentar y criticar (ojala madura y constructivamente) todo lo que quieran.

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